lunes, 12 de julio de 2021

Francisco de Reynoso y Mateo, Diplomático Español y benefactor de la iglesia de Autillo

Aunque fue vallisoletano de nacimiento (29-3-1856), a su muerte dejó cuantiosas rentas para restaurar la iglesia de Autillo, como descendiente que afirmaba ser de sus antiguos señores feudales.

 Don Francisco, fue “sir” Francis de Reynoso para los ingleses, puesto que fue nombrado Caballero del Imperio Británico y también fue reconocido como oficial de la legión de Honor Francesa, ya que recibió el reconocimiento a sus impagables servicios diplomáticos y humanitarios durante I Guerra Mundial, cuando él ostentaba el cargo de representante diplomático español en Suiza durante la Gran Guerra. Sin embargo es un perfecto desconocido en España, entre otras razones porque su autobiografía se editó en inglés en 1933 y en alemán en 1935. Tenemos a nuestra disposición el libro completo en inglés, si alguien desea consultarlo se pueden poner en contacto con nosotros en nuestro blog. 

 


Palacio de Pimentel (Valladolid) 

Aquí transcurrió la infancia del embajador don Francisco de Reynoso 

Mi primera relación con este personaje fue cuando yo era aún un joven estudiante de Historia. Me había interesado por la capilla donde está enterrado el canónigo don Jerónimo de Reinoso en la catedral de Palencia, y alguien, no recuerdo quién, y que estaba vinculado al templo, me comentó que a los pies del altar de la capilla, pegada a la pared de la izquierda, se enterró una caja con los restos de don Francisco de Reynoso repatriados a España desde México. Recuerdo que me comentó “algún día alguien va a reformar el suelo de la capilla y se van encontrar unos restos bajo las baldosas y nadie va a saber de quién son”. Ciertamente los restos no están señalados con ninguna marca que ayude a su exacta ubicación, aunque la capilla es tan exigua y la descripción del lugar es tan exacta que ofrecería pocas dudas si se intentara su hallazgo. En realidad se equivocaba mi informante, pues don Francisco había fallecido en Suiza y no en México.

En el archivo del obispado de Palencia di con un detallado documento donde don Francisco manifestó su voluntad de donar a su muerte una considerable suma de dinero a la iglesia de Autillo, al hospital de San Antolín de Palencia y a la capilla donde estaba enterrado el canónigo Reinoso, sobrino de nuestro biografiado obispo de Córdoba, don Francisco de Reinoso.

Este diplomático fue el autor de tres libros, el primero de ellos titulado “En la Corte del Mikado. Bocetos japoneses”, editado en 1904 y reeditado por la editorial Nausicaä en 2006, donde los editores yerran tanto en las fechas de su nacimiento como de su muerte. En este libro nos narra un viaje a Japón que hizo entre 1882 Y 1884. Su segunda obra fue su autobiografía en inglés: “Reminiscences of a Spanish Diplomat” de 1933. Y su último libro fue editado en 1934 titulado: “Apuntes de un viaje a la India y a la isla de Ceylán”.

Su relación familiar con Autillo aún no está clara genealógicamente, aunque él la da por sentada en su libro pero no la demuestra. Nos da la sensación de que intuye que es descendiente de nuestro pueblo por la coincidencia de apellidos con los de los señores feudales: la familia Reinoso. Por nuestra parte pensamos que esta relación familiar es muy probable, a la espera de ulteriores investigaciones.

Su infancia transcurrió en la misma casa donde nació el rey Felipe II en el palacio de Pimentel. Este palacio perteneció a su tío Mariano Miguel de Reynoso Abril desde 1849 a 1875. En su autobiografía nos da muy pocos datos de su padre, Manuel de Reynoso, que fue senador y terrateniente con extensas propiedades en Villafrechós. Su tío Mariano fue el primer ministro de Fomento que hubo en España en 1851; también fue alcalde de Valladolid y presidente de su Diputación Provincial, además de diputado y senador del reino. Su madre era de origen salmantino y se llamaba Joaquina Mateo.

Francisco de Reynoso fue un auténtico “niño prodigio” ya que con solo dieciocho años obtuvo el doctorado en derecho por la Universidad de Valladolid en 1874.

Retrato de Mariano Miguel Reinoso, tío de don Francisco‏

Sito en Valladolid y gentileza de Erik Reynoso


SU FAMILIA, JUVENTUD Y ESTUDIOS

 El padre de nuestro embajador se quedó huérfano a temprana edad y se educó en Francia con su tío Mariano. Su progenitor solo dejó el cuidado de sus tierras para convertirse en senador liberal durante la regencia de la reina María Cristina.

 


Página de su autobiografía donde habla de Autillo

 

Era tradición en su familia que el mayor de los hermanos se dedicase a la carrera militar. Su bisabuelo paterno tuvo diecisiete hijos, y de ellos siete murieron luchando contra las tropas napoleónicas. Su abuelo fue el menor de sus hermanos y solo tenía diecisiete años cuando fue apresado por los franceses y condenado a muerte en Burgos, solo por el hecho de tener a varios hermanos que luchaban como oficiales en el bando español. Fue liberado por los patriotas el mismo día que iba a ser fusilado. Tuvo tres hijos pero falleció a la edad de veintiún años. El abuelo materno del embajador participó en la batalla de los Arapiles, y parte de la tierra donde se produjo la famosa batalla era de su propiedad y luego la heredó nuestro don Francisco de Reynoso. Comenta don Francisco en sus memorias que era fácil encontrar mosquetes, rifles y botones de guerreras cada vez que se araban estas tierras que heredó de su madre. 

La temprana muerte de su abuelo paterno determinó que su padre se criase con su tío Mariano (su hermano mayor), que residía en París. Mariano de Reynoso  era liberal y tuvo que exiliarse en París. Fue un gran aficionado a la música e incluso compuso un himno a la libertad que se solía cantar en las reuniones políticas de su época. Cuando Fernando VII fue escoltado a la fuerza rumbo a Cádiz en 1823, su carruaje era custodiado por dos jinetes que lo flanqueaban, el de la derecha era su tío Mariano y el de la izquierda era Arteta, suponemos que Fermín Arteta Sesma (1796-1880). Curiosamente ambos llegarían a ser ministros en la época de Isabel II, y ambos condenados a muerte por Fernando VII, por lo que Mariano de Reynoso se tuvo que marchar a vivir a la capital de Francia. 

Don Francisco aprendió sus primeras letras en Valladolid y después prosiguió sus estudios, hasta los diez años, en el colegio de jesuitas de Carrión de los Condes (monasterio de San Zoilo). En 1868 su familia se exilió a Biarritz huyendo de la "Gloriosa Revolución" que supuso el fin del reinado de Isabel II. Al año siguiente estudió en Tours. En Biarritz tuvo ocasión de conocer en persona a Napoleón III y a su esposa la emperatriz Eugenia de Montijo, puesto que invitaron a jóvenes niños españoles para que fueran compañeros de juegos del unigénito de la augusta pareja. De hecho el príncipe imperial era solo 13 días mayor que don Francisco de Reynoso. En 1870 don Francisco regresó a Valladolid para proseguir sus estudios, mientras que sus padres permanecieron en Biarritz por miedo a los revolucionarios vallisoletanos, especialmente a José González, alias el Trapero, matón revolucionario que campaba a sus anchas por la ciudad.

Su horario universitario consistía en clases de ocho a dos, sus comidas eran invariablemente un poco de jamón a media mañana, un contundente cocido a medio día y un tazón de chocolate para cenar; su paga semanal era de 10 reales que ahorró uno a uno hasta conseguir comprarse su primer reloj, un Breguet que confesó que siempre fue su orgullo. Sus calificaciones eran extraordinarias y cuando sus profesores se enteraron de que se había premiado a un estudiante catalán, con menos méritos que él, con el premio " Cruz Victoria" (establecido por el rey Amadeo I en honor a su esposa doña María Victoria dal Pozzo della Cisterna), solicitaron al gobierno que se distinguiese a su brillante alumno con un premio similar. Pero la caída de la dinastía de los Saboya supuso la extinción del premio y se le otorgó la Cruz de Carlos III a la sorprendente y temprana edad de dieciocho años. 

Don Francisco fue el más joven doctor en leyes de la historia de la universidad española, con solo 18 años. Esto tuvo lugar en el año 1874. Su único oponente tenía 67 años de edad y no fue rival para él. Ambos "entraron en capilla" durante unas siete u ocho horas que duró el examen. Su calificación fue la de summa cum laude, con la paradoja de que no tenía la edad legal para oficiar como abogado. Su ambiciosa madre fue quien le sugirió que se emplease en la carrera diplomática. En 1874 se convocaron cuatro plazas diplomáticas por oposición y solo se presentaron dos aspirantes, pero el pronunciamiento de Martínez Campos supuso que el nuevo ministro de exteriores colocase a 59 amigos suyos elegidos a dedo, por lo que él pasó de poder ser el primero o segundo en las oposiciones, a verse relegado 59 puestos en el escalafón, lo cual condicionó su futura carrera diplomática.


 Francisco de Reynoso y Mateo en 1882 por Juan Luna Novicio


CARRERA DIPLOMATICA

 

Nacimiento

Valladodid

29-3-1856

Doctor en Derecho Civil

Universidad Valladolid

1874

Agregado ministerio exteriores

Madrid

1875-1880

Agregado legación del Quirinal

Roma

1880-1882

Tercer secretario legación

Yokohama (Japón)

1882-1884

Tercer secretario en Quirinal

Roma

1884-1885

Segundo secretario legación

San Petersburgo (Rusia)

1885-1886

Segundo secretario legación/embajada

Londres

1886-1893

Segundo secretario embajada

Berlín

1893-1895

Primer secretario exteriores

Madrid

1895

Primer secretario embajada

Londres

1896-1897

Primer secretario legación

Constantinopla (Turquía)

1897

Primer secretario legación

Atenas

1897

Miembro comisión tratado paz entre EEUU y España tras guerra de Cuba

París

1898

Miembro embajada especial funerales emperatriz Isabel (Sissí)

Viena

1898

Ministro comisión de fronteras

Biarritz (Francia)

1905-1911

Ministro plenipotenciario ratificación Tratado de Marruecos

París

1911-1913

Ministro legación Suiza

Berna

1913-1923

Sustituto Delegado en Liga de Naciones

Berna

Delegado en Lausanne capitulaciones Cercano Oriente

Berna

Embajador en el Quirinal

Roma

1923-1924

Retirada del servicio diplomático

1925

Autillo de Campos, la Celestina, el Quijote y Colón. Cosas en común

 Si miramos los escudos que hay en el crucero de la iglesia de Autillo, veremos bien destacado el escudo de la Casa de Alba, unos cuadradito...