Si echamos un vistazo al libro de genealogías de nuestro Román Asensio Alonso, podemos encontrar algunos registros de trágicas defunciones acaecidas en Autillo en siglos pasados.
Ya hablamos en éste blog de la trágica y sorprendente
muerte del cura que falleció por la caída de algún elemento de la bóveda sobre
el altar de la iglesia de Santa Eufemia (pincha enlace aquí).
También fue impactante la muerte de Manuel Calzada Asensio (nac. 1827,
+12-7-1846) quien falleció al caerse de la torre cuando subía las campanas
grandes.
Fulminante fue el deceso de Manuel de la Torre Palomino (nac. 21-2-1627,
+21-8-1650), muerto por una centella (un rayo). El fallecido era hermano de un
antepasado directo mío, Martín de la Torre (nac. 15-8-1622). No se trata de la
única persona que falleció en Autillo víctima de un rayo. Siempre oí decir que
el pago de "La Muerta", que está en la carretera de Villarramiel,
recibe este nombre por haber muerto allí una mujer con su hijo en brazos,
quizás gitana, que cayó por la acción de un rayo. Conozco en persona a un
abarqueño casado con una autillana (J.G.V.) cuyas mulas fueron alcanzadas por
una centella y él salió milagrosamente ileso.
Tampoco se esperaba la muerte Juan de Castro Borge (nac. 20-7-1799, +9-3-1820),
hermano de mi antepasado directo Casimiro de Castro Borge, cuando le cayó
encima una tapia.