Reinosos

  

¿Cadenas para el palacio de los Reinoso en Autillo?

 Ayer comenzaron en Autillo las obras de restauración de lo que llamamos el Palacio, y felicitamos a las autoridades municipales por ello.


Inicio de las obras en el Palacio de Autillo 

Algo que se suele desconocer es que en España tenemos una curiosa costubre, y es la de poner en la fachada de tu casa unas cadenas como recuerdo de que un rey ha dormido en su interior. Las cadenas frente a una iglesia o una universidad normalmente significaban jurisdicción propia, o sea que las autoriades civiles no tenían control jurídico de lo que pasase de puertas para adentro del edificio. Es de suponer que el hecho de que un rey pernoctase en tu casa era un acontecimiento de tal honor que desde ese momento esa casa o palacio gozase de algún tipo de protección jurídica especial, y los dueños quisiesen dejarlo bien claro para la posteridad.

Palacio de los condes de Berberana (Miranda de Ebro), donde pernoctaron Napoleón y Fernando VII


Palacio de los condes de Bailén (Carmona) donde pernoctó Felipe IV en 1624

 

Palacio de la cadena en Trujillo (Cáceres)

 



Palacio de San Clemente en Soria, allí durimió Alfonso XIII

 

Casa de la Cadena (Chinchón, Madrid), ahí durmió Felipe V en 1706

 

Casa de la cadena en Horcajo de Santiago (Cuenca), ahí también pernoctó Felipe V en 1706

 

Famosa ventana con la cadena en el palacio de los Pimentel en Valladolid, allí nació Felipe II

 

Queda demostrada la costumbre de poner cadenas en las casa donde pernoctó un rey de España. Pues bien, en Autillo han pernoctado o pasado seis reyes a lo largo de la Historia en su palacio, no uno:

Berenguela de Castilla (1180-1246)

Leonor de Aragón (1190-1244)

Fernando III el Santo (1199-1252)

Felipe III (1578-1621)

Margarita de Austria (1584-1611)

Ana, reina de Francia (1601-1666), esposa de Luis XIII

Por tanto el palacio de Autillo, hoy en reconstrucción, podría portar en su fachada desde una a seis cadenas en su fachada, ad libitum. Esas cadenas llamarían la atención, por lo inusual, de cualquier visitante de nuestro pueblo, y los más memoriados del lugar tendrían una magnífica ocasión de lucirse ante ellos dando una breve clase asociada a Autillo y a su riquísima Historia. El aspecto, se ponga una cadena o se pongan seis, podría ser algo similar a esto: 


 Por Marcial de Castro Sánchez


Mi regreso y nuevas noticias genealógicas

Después de hablar con mi querido amigo Marcial y de compartirle algunos hallazgos -puesto su docta opinión es necesaria- regreso al blog con nuevos artículos de los Reinoso que espero sean de utilidad para los que nos leen desde todas partes del mundo.

En esto meses he estado ocupado escribiendo la segunda edición del libro de los Reinoso el cual aumenta considerablemente el contenido de la primera.

A grandes rasgos estos son los cambios en la nueva edición:

1.- Se incluyen más fotografías y retratos de algunas de las personas ahí descritas. Las imágenes ahora son a color.

2.- Se retiran fotografías en el capítulo de la Nueva Galicia.

3.- Se amplía el capítulo de los Banu Mirel con nuevos hallazgos y se incluyen imágenes de los diplomas en lo que se menciona a Gutierre Pérez de Reinoso.

4.- Se incluyen árboles genealógicos en todos los apartados para facilitar la localización visual de las personas descritas y sus relaciones.

5.- Se incluye la paleografía de partidas de bautismo, matrimonio, testamentos y diplomas donde corresponda.

6.- Se amplían las biografías de los familiares descritos indicando lugares y fechas donde corresponda y sea posible.

7.- Se incluyen mapas a color.

8.- En cada apartado y en paréntesis se indican los lugares en los que habitó cada rama.

9.- Se incluyen genealogías de ramas con las que enlazaron los Reinoso. Por ejemplo los de la Madrid o los Grijalba señores de Villatoquite.

10.- Se incluyen ramas nuevas como la de la duquesa de Rivas (inédita) con todas las partidas y documentación probatoria.

11.- Donde la documentación indica Reinoso, Reynoso o Reynosso, se mantiene también en el libro para respetar la forma en que se escribió.

12.- Se incluye información inédita proporcionada por mi amigo Francisco López Becerra, duque de Maqueda.

13.- Se incluyen más documentos sobre los Reinoso Medina de Sevilla y Portugal.

14.- Se amplía el apartado del conquistador Francisco de Reinoso y Escobar.

15.- Se amplía el apartado de los Córdova Bocanegra Reinoso de los que también desciendo.

16.- Se amplía la información de los Cisneros Reinoso del Virreinato del Perú.

17.- Se separa la rama de la Nueva Galicia de la de Antonio de Reinoso y Zúñiga para dedicarle un capítulo entero.

18.- Se incluyen firmas extraídas de los documentos probatorios.

19.- Se incluye un apartado nuevo sobre los Sotelo de Zamora.

20.- Se amplía el capítulo de Carrión de los Condes.

21.- Se amplía el capítulo de los Arias Cenizales con información nueva y controversial.

22.- En las ramas en las cuales no obran partidas de bautismo y que no existe documentación probatoria, se indica como tal, esperando que en un futuro esta documentación salga a la luz.

23.- Se amplía la información sobre los Palomino y Cárdenas de Andújar.

24.- Se incluyen tablas resumen de conquistadores, pobladores, portadores de títulos nobiliarios incluyendo consortes, caballeros y aquellos tenidos por conversos por el Santo Oficio.

25.- Se dedica un apartado al japonés Luis de Encío.

26.- Se eliminan algunas generaciones recientes.

27.- Se amplían ramas en América: por ejemplo Venezuela, Colombia, Perú, Argentina.

28.- Se incluye un capítulo correspondiente a Marcelo Torcuato de Alvear Pacheco, Presidente de Argentina.

29.- Donde corresponde: escudos de armas a color tanto del linaje central de estudio como de sus cónyuges.

30.- Se dedica un capítulo al Solar de Tejada y a la genealogía de algunos de sus diviseros Reinoso.

31.- Se incluye un índice onomástico.

32.- Se incluye un índice toponímico.

Espero que esta nueva información sea de utilidad para los lectores. El siguiente artículo, que saldrá esta semana, será sobre la duquesa de Rivas y el mayorazgo que heredó de sus antepasados Reinoso.


Erik Andrés Reynoso. Señor Divisero Hijodalgo del Antiguo e Ilustre Solar de Tejada


Continúa el irreversible proceso de degradación del "Palacio"


Estado del palacio en junio de 2018 antes de su restauración





¿Descienden los Castros autillanos de don Gonzalo Ruiz Girón, I Señor de Autillo?

 


En otra entrada de este blog adelantábamos que la familia Castro descendía del rey Alfonso XI, como descendientes del II conde de Benavente, afirmación errónea inducida por un genealogista de Internet que nos había merecido toda nuestra confianza por basarse en los mejores autores de temas genealógicos, por todos reconocidos. En realidad los Castros autillanos descienden del I conde no del II. Ese matiz tiene una trascendencia enorme, ya que retrotrae la ascencendencia real de esta familia autillana hasta la figura del rey Sancho I de Portugal y al rey Alfonso VI en Castilla.

El I conde de Benavente, don Juan Alfonso Pimentel, estaba casado con doña Juana Téllez de Meneses, hija de Martín Alfonso de Meneses, nieta de Alonso Téllez de Meneses, bisnieta de Gonzalo Ibáñez/Yáñez de Meneses, apodado por sus ardides en la guerra como el Raposo. Este Gonzalo fue hijo de Juan Alonso Téllez de Meneses, esposo de Berenguela González que muchos genealogistas antiguos aseguran era descendiente del I señor de Autillo. Es el ilustre don Luis Salazar y Castro quien nos aclara algunas dudasen su libro sobre las Glorias de la casa Farnese:


"Don Juan Alonso de Meneses, hijo de don Alonso Téllez y de doña Teresa Sánchez, hija [bastarda] del rey don Sancho I de Portugal, fue I señor de Alburquerque, Medellín, Alconchel, Azagala y otras tierras, alférez mayor del rey don Alonso III de Portugal que en escritura de 3 de junio de 1253 le llama “don Joao Alfonso meu amado parente” (…).Casó con doña Berenguela González, que otros llaman mal Elvira o Leonor y todos dicen que fue hija de donGonzalo Ruiz Girón, maestre de Santiago, y de doña Elvira Díaz de Castañeda, pero en una donación que en la era 1294 [era hispánica 1294 – 38 años = año 1256] hicieron don Juan Alfonso y doña Berenguela González, su mujer, de la mitad de Villavelasco a Gonzalo Yáñez Coronel, el sello de cera que es de esta señora no tiene armas de Girón sino un cruz floreteada. Ya estaba viuda en 24 de abril de la era 1306, año 1268, porque este día dio con sus hijos la pesquera de Gozon al abad y convento de Palazuelos, llamándose “doña Berenguela González, mujer que fui de don Johan Alfonso, fijo de don Alfonso Téllez y de doña Teresa Sánchez”. Y dice luego:” En uno con mis fijos don Rodrígo Iváñez y don Gonzalo Iváñez".


Ahora mismo es inútil intentar discernir quién fue esta Berenguela González que quizas hayan confundido con su homónima doña Berenguela González Girón, IV señora de Autillo, casada con don Lope de Haro el Chico según Jerónimo Gudiel. Lo cierto es que su sello ciertamente lleva la cruz que nos recuerda que llevaron varios apellidos de caballeros que participaron en la batalla de las Navas de Tolosa, entre otros los Reinosos autillanos que sabemos que la adoptaron como propia de su escudo, y hoy en día la vemos también en las armas de la ciudad de Palencia.

El error najerense

 


Cuando vi este monumento en Nájera, hace como 15-20 años, recuerdo que me chocó y hasta me indigné como autillano. Me pareció injusto que una ciudad con tanto patrimonio histórico del que sentirse orgullosa, tenía que recurrir a un grave error histórico para acrecentar aún más, y sin necesidad, sus glorias pasadas. Recuerdo que pregunté a una joven guía de algún momunento artístico de la localidad si los najerenses se creían ese error histórico, esa supuesta "proclamación" (que no coronación, como consta en el monumento) de Fernando III en Nájera. Le dije que hasta el año 1218 estaba mal en la inscripción del monumento. La joven guía me dijo que en Nájera este tema ni siquiera era tema de discusión y eso me dejó más tranquilo.  Sugiero ver en Wikipedia este artículo sobre Fernando III de castilla, donde comprobaréis que obstinadamente se empecinan en decir que los sucesos de Autillo en realidad sucedieron en Nájera.

Afortunadamente siempre hay alguien con un mínimo de rigor y conocimientos como para ser lo suficientemente imparcial para reconocer la verdad. Se adjunta 
el artículo de Antonio M. Pérez Rodríguez, catedrático de Historia en un instituto de Madrid, donde deja perfectamente claras las cosas y las pone en su sitio.

Vamos a los hechos que son los que no mienten:


2.- La Tradición.

Desde la canonización de san Fernando en 1671, viene siendo tradición guardada hasta el día de hoy que, llegado el 1 de mayo de cada año, el Ayuntamiento de Nájera vaya en procesión cívica desde la alcaldía hasta el Campo de San Francisco y allí donde antaño hubo un frondoso olmo y ahora, desde 1843, hay un sobrio monumento—verdad es que bastante maltrecho y ninguneado—, un edil recuerde que en ese día del año del Señor de 1218, y en ese mismo lugar, el concejo y el pueblo de Nájera aclamaron y acataron como su rey al rey de Castilla Fernando III, y se renueve la aclamación y el acatamiento.

La costumbre nace de una disposición político-religiosa, contemporánea de la canonización, que ordenaba que, para celebrarla debidamente, aquellos lugares que fueron escenario de la vida del santo organizasen actos cívico-religiosos que lo recordaran.

En Nájera los actos de 1671 se conviertieronn en solemnidad anual. El modelo pudo muy bien ser la procesión cívica con la que el concejo najerino rendía homenaje a uno de los más famosos gobernadores de la ciudad, don Diego López de Haro el Bueno.

Nada tiene de extraño que en 1843 se adornara el paraje que fue escenario de los hechos recordados, con el monumento que aún, más mal que bien, se conserva. Los Liberales que le devolvieron al Pueblo Español la Soberanía Nacional en la Constitución de 1812, intentaron devolverle también su Historia Común, subrayando sobre todo aquellos hechos gloriosos que habían sido un hito en la conquista de su libertad. ¡Ojo al dato que es importante! El Liberalismo najerino de 1843 consideraba el 1 de mayo de 1218 como una fecha señalada en la historia de la consecución de las libertades públicas. Ya veremos con qué fundamento.

Pero no nos desviemos del asunto. Dejemos bien claras las cosas. El pueblo de Nájera aclamó como su rey al rey de Castilla Fernando III, el 1 de mayo de 1218. Eso es lo que dice la tradición y la inscripción del monumento conmemorativo.


3.- Rodrigo Jiménez de Rada nos cuenta cómo sucedieron los hechos.

Pocas cosas más fatigosas que releer a los cronistas locales cuando se intenta dilucidar el verdadero pasado de Nájera. Tales muñidores de historias no manejan las fuentes ni leen los documentos. Consiguen un amasijo informe de noticias contradictorias a base de, sin crítica alguna, citarse los unos a los otros y de citar los unos y los otros a los que les precedieron en el uso del mismo infernal método.

Con Internet no hemos adelantado mucho. A cualquiera que busque allí noticias sobre “proclamación de San Fernando en Nájera” le va a ocurrir que en aquello que encuentre va a estar confundido, como poco, el 1 de julio de 1217 con el 1 de mayo de 1218, y Nájera con Autillo de Campos (Palencia) y con Valladolid.

Por fortuna tenemos el testimonio de un contemporáneo que nos cuenta lo que sucedió. Me refiero a Rodrigo Jiménez de Rada (Puente la Reina. Navarra, 1170 – El río Ródano. Francia, 10 de junio de 1247) y a su obra De rebus Hispanie (continuaba escribiéndola en 1241 – 1242). En los nueve primeros capítulos del último libro de su obra, el noveno, encontramos la narración de los hechos que nos interesan.

3.1.-Octubre de 1214.

Comienza explicándonos los comienzos del reinado de Enrique I de Castilla (1214 – 1217), niño de 11 años, heredero de Alfonso VIII, a la muerte de éste en Gutierre-Muñoz (Ávila), la noche del 5 al 6 de octubre de 1214. La tutela de rey niño y la regencia del reino quedaron en manos de doña Berenguela, su hermana.

3.2.-Primavera de 1215.

Los condes Fernando, Álvaro y Gonzalo, los Núñez de Lara, consiguieron la tutela del rey niño para Álvaro Núñez de Lara y que Doña Berenguela tuviera que refugiarse, protegida por Gonzalo Ruiz, un noble leal, en Autillo de Campos (Palencia).

En el caso de doña Berenguela volvían a tener éxito los argumentos machistas que se repitieron a la hora de arruinarle el reinado a doña Urraca, la heredera de Alfonso VI: una mujer no podía estar a la altura de las recias exigencias del reino. María de Molina volvería a sufrirlos.

3.3.-Hacia marzo de 1216.

El comportamiento prepotente de Álvaro Núñez de Lara hizo que nobles tan importantes como Lope Díaz II de Haro (Cabeza Brava), Gonzalo Ruiz y sus hermanos, Rodrigo Ruiz y Álvaro Díaz de los Cameros, Alfonso Téllez de Meneses y otros nobles se pusiesen de parte de doña Berenguela.

3.4.-Junio de 1217.

A primeros de junio del año siguiente, en Palencia, por accidente, resultó gravemente herido el rey Enrique I de Castilla que murió, pocos días después, el 6 de junio de 1217. Desde Autillo de Campos, doña Berenguela envía a Gonzalo Ruiz y a Lope Díaz de Haro—que no está en Nájera, sino cerca de doña Berenguela— a Toro para que le traigan al infante don Fernando, su hijo, que está allá con su padre, Alfonso IX de León, sin que éste sospeche nada. Doña Berenguela maquina convertir a su hijo Fernando en el único heredero de las dos coronas, la de Castilla ahora y la de León después de la muerte de su padre.

Reunidos madre e hijo, los nobles partidarios de ambos intentan llegar a un pacto con Álvaro Núñez de Lara que reclama la tutela de don Fernando en las mismas condiciones en las que tenía la de Enrique I. No hay acuerdo y Álvaro Núñez de Lara, abandonado por todos, se refugia en la corte de León. En contra de doña Berenguela no sólo están los Núñez de Lara sino también el rey de León que, para su beneficio, quiere controlar él también la situación de interregno de Castilla. Doña Berenguela y sus partidarios no ven otra salida que refugiarse en Valladolid.

3.5.-1 de julio – 20 de septiembre de 1217.

Y en Valladolid, doña Berenguela logra, en poco menos de un mes (junio de 1217), ser reconocida como la heredera legal del Reino de Castilla, pero inmediatamente abdica en su hijo Fernando, de 18 años, que es proclamado y acatado como rey de Castilla el 1 de julio de 1217.

Su padre el rey Alfonso IX de León, instigado por Álvaro Núñez de Lara, invade Castilla e intenta tomar Burgos—defendido entre otros por Lope Díaz de Haro—, pero comprueba que Castilla no permite ser ocupada por nadie y vuelve a su corte.

Doña Berenguela dispone el entierro del cadáver del rey Enrique en Las Huelgas y sus leales arrebatan Lerma y Lara a Álvaro Núñez. Se dirige la corte de doña Berenguela a Burgos y nos cuenta Rodrigo Jiménez de Rada el recibimiento que allí le hicieron y que, según se comprueba en su relato, fue muy semejante al que recibieron antes y después en otros lugares, entre ellos la zona de Nájera:

“Volviendo desde allí a la ciudad de Burgos, fueron recibidos con todos los honores y en procesión por el obispo, el clero y el pueblo, regocijados todos porque libres de sus enemigos, habían quedado bajo el poder de su señora natural.”

Lo subrayado explica por qué los liberales najerinos erigieron en 1843 el monumento conmemorativo. Se trataba de recordar un hecho que era un hito en la historia de las libertades ciudadanas.

Desde Burgos, el rey, su madre y sus partidarios se dirigen a la zona de Belorado y Nájera. Dice el texto:“ Y por consejo de los nobles que los acompañaban se dirigieron a la zona de Belorado y NÁJERA, y tras hacerse cargo de ellas , que sus habitantes les entregaron con sumo gusto, volvieron de nuevo a Burgos; pues no pudieron debelar, por sus grandes defensas, las fortalezas que ocupaba el conde Gonzalo Núñez [de Lara].” 

Luego, efectivamente, entre mediados de julio y mediados de setiembre de 1217, doña Berenguela y don Fernando reciben personalmente el homenaje del pueblo de Nájera, pero sus dos castillos están en poder de los Lara.

La represalia de los Lara no se hace esperar, y en una tremenda expedición de castigo, “arremetiendo como enemigos contra Belorado, no respetaron ni la edad ni el sexo, sino que lo aniquilaron todo a sangre y fuego…”

El miércoles 20 de septiembre de 1217, en un golpe de suerte, es cogido prisionero, de forma no muy gloriosa, Álvaro Núñez de Lara.


3.6.-20 de septiembre de 1217 – 26 de agosto de 1218.

Álvaro Núñez de Lara es encarcelado en Valladolid y:

“ Habiéndose deliberado allí largamente para encontrar una solución, se llegó a un acuerdo por el que el conde Álvaro devolvería todos los castillos que ocupaba, esto es, Cañete, Alarcón, Amaya, Tariego, Cerezo, Villafranca, la torre de Belorado, NÁJERA y Pancorvo, y una vez entregados estos, sería liberado.”

La libertad no sería plena hasta que pasasen a manos del rey de Castilla las fortalezas de Castrojeriz y Orcejón en posesión de su hermano Fernando. La situación se le complica a Álvaro Núñez de Lara ya que su hermano Fernando rinde al rey esas fortalezas a cambio de seguir manteniéndolas en su poder como leal vasallo suyo.

Es muy posible que, como quiere la tradición y el monumento conmemorativo, Nájera celebrase el haber quedado enteramente libre del poder de los Lara y la vuelta al dominio de Lope de Haro y del rey Fernando III de Castilla un 1 de mayo de 1218.

Los Lara vuelven a la carga apoyados por el rey de León, pero Álvaro Núñez de Lara cae gravemente enfermo y Fernando III llega a un compromiso con su padre, el rey de León, en Toro, el 26 de agosto de 1218. Álvaro Núñez de Lara acudirá allí a morir en fechas no muy posteriores. Su hermano Fernando se refugió en Marrakech donde murió un poco después.

La rebelión de los Lara había terminado en un rotundo fracaso. Los planes de doña Berenguela tendrán un éxito completo. La inteligencia, la intuición del futuro y la voluntad férrea de una mujer desbarataron la corta ambición de unos obtusos señores de la guerra que políticamente no veían más allá de sus narices.

Genealogía del Embajador Don Francisco de Reynoso


Boadilla de Rioseco


A raíz de la publicación de nuestra primera entrada de nuestro blog dedicada a la biografía del embajador Reynoso, aconteció que Erik Reynoso y Marcial Castro se propusieron hacer una investigación conjunta, de carácter urgente, con el propósito de descubrir las probables raíces autillanas de este eminente diplomático vallisoletano.

Fruto de esta colaboración en la distancia, (puesto que Erik Reinoso la realizó desde Inglaterra y Marcial Castro desde Granada) ambos descubrieron que el embajador Reynoso descendía de Gonzalo de Reinoso, vecino de Boadilla de Rioseco (Palencia), y era hijo de María Díez de Reinoso, que a su vez descendía de los señores de Autillo. Por lo que estiman que su ascendencia autillana por fin ha quedado esclarecida.

Gracias a su pleito de hidalguía de 1505 sabemos que Gonzalo de Reinoso estaba casado desde hacía 25-28 años con Inés de Melgar. Era el único hidalgo del pueblo junto a un tal Juan de Escobar, que también moraba allí desde hacía pocos años. Gonzalo estuvo un par de veces en la guerra de Granada, como hidalgo, obedeciendo al llamamiento que los Reyes Católicos para que los hidalgos asistieran a la guerra de Granada, so pena de perder su condición social. Gonzalo era hijo del bachiller Fernán Alonso de Villacorta, casado con María Díez de Reinoso (de ahí el apellido del hijo, en el pleito se habla de Juan de Reinoso como deudo del padre de Gonzalo. Fernán y Juan de Reinoso servían al conde de Benavente). Este Fernando era natural de Villacorta, lugar en las montañas al NE de la provincia de León, y era descendiente de los señores del solar familiar del cual deriva su apellido. Sabemos por testimonio de un testigo del pleito, que hacia el año 1500 solo quedaba de dicho solar, una vieja torre que se hallaba perdida y caída por el paso del tiempo y un caserío alrededor. El bachiller Fernán Alonso de Villacorta abandonó su pequeño pueblo de la montaña y sabemos que fue alcalde de Medina del Campo. Por testigos del pleito sabemos que había muerto unos cuarenta años antes y su esposa unos dos años después que él. En una anterior entrada de este blog ya hablamos de la familia Villacorta/Tejerina de Autillo, que probó aquí su nobleza por esos mismos años, y no dudamos de que ambas ramas son parientes.

Este bachiller Fernando era hijo del clérigo Gonzalo Alonso de Villacorta, heredero de la casa de Villacorta, que obtuvo la legitimación de sus hijos bastardos por un documento de rey Juan II, lo que le permitía al bachiller y a un hermano suyo heredar y ser reconocidos a todos los efectos. Según un testigo del pleito, este documento era para ellos “más valioso que el oro”.

El problema fue que nuestro Gonzalo de Reinoso tenía en un arca este documento en la fortaleza de “Çehiños/Çeciños” (sic) -pensamos que debe ser la actual Ceinos de Campos en la provincia de Valladolid-, ya que era el alcaide de la fortaleza, puesto allí por el conde de Benavente, y fue notorio que un día que estaba ausente en Villalón le asaltó la fortaleza el vizconde (sic, quizás se trate del de la Valduerna) y le robó todo lo que había y era de su hacienda, incluso el documento de legitimación, que desapareció junto con el arca que lo contenía. En el asalto murieron varios hombres suyos y varios resultaron heridos.


Boadilla de Rioseco


Partiendo del origen en la unión de los Villacorta con los Reinoso de Autillo a continuación nos permitimos presentar por vez primera la genealogía del Embajador Francisco de Reynoso desde:


1.- El Bachiller Fernando Alonso de Villacorta quien casó, como mencionamos anteriormente, con María Díez de Reinoso quien falleció hacia 1465, 40 años antes del pleito de hidalguía de Gonzalo de 1505. Fue hijo suyo.


2.- Gonzalo de Reinoso, quien estimamos debió haber nacido hacia 1450. Fue Alcalde de Boadilla de Rioseco y estuvo casado con Inés de Melgar, hija de Diego e Inés de Melgar y hermana del bachiller Fernando de Melgar, vecino de Valladolid. Gonzalo e Inés yacen en la Iglesia de San Pedro de Boadilla donde fundaron una memoria perpetua de tres misas cada año vinculando unas cosas, herrenales y viñas en Boadilla.


3.- Gonzalo de Reinoso y Melgar, vecino de Boadilla de Rioseco. Fue casado con Isabel de Escobar.


4.- Diego de Reinoso y Escobar, casado con doña Toribia González.

5.- Gonzalo de Reinoso y González, nacido hacia 1550; fue casado con Luisa González Pájaro; fue hijo suyo:

6.- Santiago de Reinoso, nacido hacia 1580 y casado el 28 de Octubre de 1610 en San Pedro, Valladolid con Catalina de Roxas (también conocida por el apellido “de Vega”).

7.- Pedro de Reinoso y Roxas casado el 28 de Enero de 1645 en la Iglesia de San Miguel con Catalina del Río y Riba.


8.- Antonio de Reinoso y del Río casado el 19 de Abril de 1676 en la Iglesia del Salvador en Valladolid con Antonia Fernández y Pérez quien había sido bautizada el 30 de Enero de 1656, hija de Simón y Manuela.

9.- Baltasar de Reinoso y Fernández, nacido el 15 de Enero de 1679 en Valladolid; casado el 14 de Marzo de 1700 en la Iglesia del Salvador en Valladolid con Isabel de Cavezas, hija de Roque y de Isabel Antonia.

10.- Nicolás de Reinoso y Cavezas, vecino de Valladolid, casado con Tomasa Pérez Fernández el 19 de Octubre de 1732 en Valladolid, hija de Francisco y María.


11.- Mariano de Reynoso Pérez bautizado el 27 de Septiembre de 1759 y casado con María Lucía Abril, nacida el 12 de Diciembre de 1764, hija de José Abril y Flores y de María Gómez Pico.

12.- José María de Reynoso y Abril casado con Josefa de Oscáriz y Morales, hija de Casto Secundino de Oscáriz Alvar, Escribano de Su Majestad y del Número Perpetuo, y de Florentina Morales Álvarez Cordón. Fueron sus hijos: Mariano Lino, Miguel, Rafael -padre de Federico de Reynoso y Muñoz de Velasco, octavo Marqués de Pico de Velasco- y:


13.- Manuel Anastasio de Reynoso y Oscáriz, nacido el 25 de Diciembre de 1820 en Valladolid y bautizado el 28 del mismo mes en la Iglesia de San Esteban, Valladolid. Fue casado con la salmantina doña Joaquina Mateo y fueron padres de:


13.1.- El Embajador Francisco de Reynoso y Mateo.

 
13.2.- María de la Ascensión de Reynoso y Mateo; Dama de la Orden de María Luisa, Alcaldesa Honoraria de La Sierpe, Salamanca. Nacida en 1860 y fallecida en Madrid el 4 de Abril de 1962. Esposa de Laureano de Oruña y Ruiz de Loyzaga, padres de Manuel de Oruña y Reynoso III Marqués del Castillo de Jara.


13.3.- Mariana de los Dolores de Reynoso y Mateo, esposa de Eulogio Despujol y Rigalt, hijo de los Condes de Caspe. Progenitores de Eulogio Despujol y Reynoso, I Barón del Castillo de Burjasenia y de Joaquinia Despujol y Reynoso, I Baronesa de las Torres.

Trabajo conjunto de Erik Reynoso y Marcial de Castro

El inquisidor Alonso Jiménez de Reinoso "El mejor garañón que tiene Castilla", natural de Mazuecos, denunciado por Góngora‏.



Ya hemos comentado que el viejo solar de los Reinosos autillanos hunde sus raíces en el hoy despoblado de Arenillas, situado a unos dos kilómetros de Mazuecos, que dista a su vez otros diez kilómetros de Autillo de Campos. Del poblado de Arenillas hoy solamente queda el nombre del término y una solitaria ermita con tumbas donde también hay algún Reinoso con sus escudos familiares. Algún día hablaremos más en detalle de estas tumbas. Los Reinosos de Autillo y de Mazuecos son parientes muy próximos, y muchos residentes en América que llevan este apellido ya hemos vistos que descienden de ambos pueblos, de ahí que desde España les dediquemos estas breves notas.

En el interior de la preciosa iglesia de Mazuecos se encuentra una capilla en el crucero del lado de la epístola, donde destaca en el suelo la tumba del fiscal del supremo consejo de la inquisición don Fernando de Arenillas y Reinoso, que fue además canónigo de Sevilla, y que falleció el 11 de marzo de 1601. No debemos confundir a este inquisidor con Alonso Jiménez de Reinoso, hijo de Domingo Jiménez de Arenillas y Juana de Valdeón, también inquisidor en Granada, Valencia y desde 1580 de Córdoba.

En nuestra biografía de don Francisco de Reinoso, página 120, ya hablamos de este último cuando en 1597 el señor de Autillo, don Pedro de Reinoso, vinculó al señorío un corral que él tenía en Arenillas en el término de Los Castillos, lindero con otros corrales del inquisidor Jiménez de Reinoso y de su hermano Pedro. El pasado año Alonso Jiménez de Reinoso volvió a ser noticia de primer orden cuando se descubrió un documento inédito de Luis de Góngora y Argote del 25 de febrero 1597 que habla sin pelos en la lengua de los vicios de Alonso Jiménez de Reinoso. El 1 de diciembre de este mismo año tomó posesión del obispado cordobés nuestro don Francisco de Reinoso, obispo autillano, quien fue recibido en persona por el mismísimo Góngora, como comisionado del cabildo. Ahora tiene más sentido la acidez con la que Gongora recibió en octosílabos al nuevo obispo, pariente y paisano del inquisidor Alonso Jiménez de Reinoso. Góngora escribió del nuevo prelado que era "un pastor y sacerdote/ que se casa con su iglesia/ con cuarnta mil de dote." Hubiese sido muy interesante ver las miradas que se cruzarían en el cabildo de cordobés don Francisco de Reinoso y don Luis de Góngora.

El 30 de mayo de 2012 Antonio Astorga escribió en ABC elsiguiente artículo, leedlo que nada de él tiene desperdicio:

"Una «bomba» gongorina. Un inquisidor amancebado con tres Marías. y varias señoras más por diversos puntos de España. Un escándalo para la época y para los ojos del «buen orden» del mayor y mejor poeta español clásico de todos los tiempos, Luis de Góngora y Argote. Pura delicatessen «guasona y divertida» del vate díscolo. Góngora acribilla carnívoramente los escarceos sentimentales del preboste censor, que para más inri fue amigo suyo.

 La hispanista Amelia de Paz ha descubierto la joya: un manuscrito autógrafo inédito de Luis de Góngora y Argote en el que acusa al más preeminenteinquisidor de Córdoba, Alonso Jiménez de Reynoso, de mantener una «muy escandalosa» relación de amacebamiento con doña María de Lara; y más tarde con doña María de Aguaio y doña María de Marchena.

 Un tsunami para la época. El Tribunal del Santo Oficio investigaba las supuestas relaciones de Reynoso con una dama granadina, y para ello quiso interrogar a quien fue amigo suyo, Luis de Góngora. Lo mandó llamar el día 25 de febrero de 1597, pero el poeta se negó a declarar a viva voz por la mañana. «Debo recorrer mi memoria», dijo textualmente, y vaya si la recorrió. Se marchó a casa, tomó recado de escribir -papel, tintero y pluma- y se puso a dar escarnio al inquisidor: escribió un manuscrito autógrafo en el que delataba, en alta definición, los actos poco licenciosos y carnales de su amigo el vicioso celador del buen orden.

 El hallazgo forma parte de los trabajos previos de preparación de la exposición «Góngora, la estrella inextinguible. Magnitud estética y universo contemporáneo», organizada por Acción Cultural Española, que se exhibe en la Biblioteca Nacional.

 Fue hace meses. Amelia de Paz se documentaba sobre la Inquisición de Córdoba en el Archivo Histórico Nacional, y sepultada en el legajo 1853 encontró la testificación del poeta cordobés ante el Santo Oficio en febrero de 1597. La demoledora acusación de Góngora ante el tribunal consta de diez páginas. En ellas relata, con pelos y señales, los encuentros amorosos entre el Inquisidor Reynoso y Doña María de Lara, a la que califica como «muy pública y escandalosa». Góngora acusa al inquisidor vicioso ante las mismísimas barbas de la Inquisición. Demoledor.

 «Lo primero, -arranca el manuscrito, con todo detalle sobre el origen amante del inquisidor- que conozco a doña María de Lara, que biue en la collaçión de Sanct Bartolomé, en la calle de los Judíos, en compañía de unas moriscas con quien en esta y en otras casas semejantes siempre el dicho ynquisidor como amiga suia y çeloso de mirar por su persona la a tenido, por pareçerle que en la dicha compañía la tenía más a su voluntad y más guardada».

 «Es una bomba literaria y bibliográfica. Me quedé pasmada cuando lo encontré -comenta Amelia de Paz en la Biblioteca Nacional- por el insólito contenido del texto. Estamos acostumbrados a leer a un Góngora severo y serio; esa imagen se va a diluir. En este documento se nos aparece un Góngora simpático y guasón, más cercano al estilo que marca en sus poemas». A Luis de Góngora y Argote no le duelen versos ni prendas delatar al inquisidor Reynoso, que había sido su amigo.

 El autógrafo de Góngora fue redactado aprisa y con una finalidad inequívoca, que a nadie escapará, explica su descubridora. «Aunque basta para dejar entrever (y lamentar) al novelista que se perdió —o eso creemos— con don Luis de Góngora y Argote».

 En un momento del relato, Góngora, racionero de la Santa Iglesia de Córdoba, declara ante el tribunal del Santo Oficio cómo Reynoso «guardaba» a su amante en una especie de torre encantada:

«Ýtem, e oýdo deçir a Áluaro de Vargas, paje que fue del dicho ynquisidor, como la dicha doña María era su amiga y entraba y salía en su casa muy de hordinario, y la tenía veinte y treinta días en un aposento alto que llaman de la Torre, donde la entraban por una escalera falsa que está en la prinçipal que sube a su quarto, y para tener correspondençia a su aposento hiço romper a costa del Rey la muralla de nueue pies en ancho, y el dicho Vargas la bio abrir y trabajar en ella como agora se puede ber por vista de ojos; y que quando el dicho ynquisidor dormía con la susodicha doña María lo echaba él de ber en quatro y seis camisas que abía él mudado la noche y estaban tendidas a la mañana en el terrado para enjugallas del sudor, donde hallaba en las delanteras de las dichas camisas las immundiçias y suçiedades hordinarias de semejantes actos, como lo dirá el dicho Áluaro de Vargas».

La «popularidad carnal» del inquisidor Reynoso era proverbial. Lo detalla, y delata, don Luis, el gran poeta cordobés. Iten más:

«Ýtem, digo que, por todo lo que tengo declarado y e entendido del dicho ynquisidor Reynoso, en el tiempo que tube su particular amistad y después acá le e tenido y tengo por hombre mal christiano, poco çeloso de su conçiençia y manera de biuir, siendo como es ynquisidor, prebendado y saçerdote, y a cuio cargo está el gouierno desta Ynquisiçión por ser antiguo, dando como da de hordinario mal exemplo a sus collegas y offiçiales del Sancto Officio, y en general a todo este lugar. Y particularmente e oýdo escandaliçarse de sus malas costumbres a don Fernando de Argote y don Alonso de Argote, su hermano, veinte y quatros de Córdoua, que, tratando un día abrá seis meses con los susodichos de la persona del dicho ynquisidor, me dijeron que les pesaba de que tubiese su amistad, porque el dicho don Alonso de Argote no abía querido la suia aunque el dicho ynquisidor la abía procurado, porque le abían dicho y abía oýdo murmurar del dicho ynquisidor que era viçioso y carnal, y prinçipalmente que trataba requiebro y amistad con una nuera de don Luis de Córdoua que biue a Sanct Lorenzo, porque la dicha nuera era de Éçija, donde el susodicho abía sido visitador, y de allí abía trabado amistad con ella».

Hacia el final del manuscrito, Luis de Góngora revela el historial en carne mortal y rosa del Inquisidor: «Alonso Guerra, cura de Mazuecos, de donde es natural el dicho ynquisidor, obispado de Palenzia, el dicho cura Alonso Guerra me dijo: "Consuélense las damas de Córdoua quando baia a residir a ella el dicho ynquisidor, que les yrá el mejor garañón que tiene Castilla"; de donde infiero por todo lo dicho y porque un día, abrá tres años, que, hablando yo con Luisa de Grazia, muger casada (que si fuere necessario diré quién es), que la hallé sentada junto al Alcázar, preguntándole qué esperaba en aquel lugar, la susodicha me respondió que un negoçio que tenía con el ynquisidor Reynoso, y diçiéndole yo que si era secreto, la dicha me boluió a responder que tan secreto que estaba debajo de las faldas...». 

Luis de Góngora y Argote

El chivatazo ante el Santo Oficio de Luis de Góngora fue productiva, ya que gracias a una red de influencias logró que el inquisidor viciosillo fuera trasladado a Valladolid, donde proseguiría sus andanzas carnales lejos del látigo gongorino.

Los autógrafos de Góngora que han visto la luz hasta el momento son apenas una treintena, excepto firmas y palabras sueltas. Entre los más destacados figuran las 28 cartas que Enrique Linares exhumó del manuscrito Ángulo y Pulgar, en 1892. Durante el siglo XX solo se conocieron los dos renglones con los que el poeta apostilló de su mano una carta dictada y que Dámaso Alonso dio a conocer en el tricentenario gongorino. Este hallazgo tiene un valor extraordinario. Pura maravilla. Disfrútenlo."



San Pío V, su tumba en Roma y su relación con Autillo de Campo


Cuadro de san Pío V


Después de casi 450 años un autillano le vuelve a rendir homenaje a san Pío V (1504. 1566-1572). Produce un sobrecogimiento especial estar tan cerca de alguien que supuso tanto para otro autillano como fue don Francisco de Reinoso, quien fuera maestresala del papa Pío V. Algunos en nuestro pueblo suelen decir que don Francisco era el secretario del papa, un error muy común en Autillo que puede llevar a confusión. En realidad fue su "maestresala" o "cubicularius maximus". Según la RAE, el maestresala es un "criado principal que asistía a la mesa de un señor, presentaba y distribuía la comida y la probaba para garantizar que no contenía veneno". Más claro nos lo deja aún el primer biógrafo de don Francisco de Reinoso, fray Gregorio de Alfaro, según él "... así quedó don Francisco por camarero secreto y escalco o maestresala, con cuidado de darle de su mano el vestido y comida, porque de toda esta confianza le hizo digno su fidelidad y amor".


Don Francisco fue el criado de confianza de san Pío V, él mismo dijo "solo este español me sirve con afición, que los demás no parecen criados de mi casa", hasta tal punto que fue al que eligió para acompañarle durante el cónclave que lo eligió como papa, donde cada cardenal podía ser atendido por un solo criado. Según el biógrafo de don Francisco de Reinoso, san Pío V murió en los brazos de nuestro autillano, quien ayudó a lavar y a embalsamar el cuerpo del papa con aguas olorosas, especias y ungüentos, como se hizo con Jesucristo. Después de abierto y embalsamado el cuerpo lo vistió con sus ropas pontificales.
 

 

Exterior de la basílica donde está el cuerpo de san Pío V

 

Interior de la basílica donde está el cuerpo de san Pío V

 

 

Tumba de san Pío V en la basílica de Santa María la Mayor en Roma.

 

Retrato de san Pío V traído por don Francisco de Reinoso a Palencia y que se encuentra en el convento de las Agustinas Recoletas.

 

Detalle de la máscara mortuoria de san Pío V

 

Detalle de las zapatillas de color carmesí del papa.

 

Estatua de san Pío V sobre la hornacina que contiene su cuerpo

 

Papa Francisco orando ante su tumba.

El Presidente de Argentina, Máximo Alveardesciende de Autillo de Campos

 


Adjuntamos interesante 
artículo escrito por el Dr. Juan Fos de Argentina sobre Domingo de Reynoso (descendiente de los Reinosos de Autillo), último gobernador-intendente de Buenos Aires y que muestra su conexión genealógica, siendo antepasado del Presidente de Argentina D. Máximo Marcelo Torcuato de Alvear Pacheco. Fue un abogado y político argentino, que se desempeñó como embajador en Francia, diputado y presidente de la Nación Argentina entre el 12 de octubre de 1922 y la misma fecha del año 1928.


Por tanto podríamos afirmar "en primicia" que existe una conexión genealógica demostrada del Presidente de Argentina, Máximo Alvear, con Autillo de Campos, al ser éste descendiente de nuestro pueblo. 

Es un orgullo tener a un Presidente de una nación hermana que descienda de nuestro pueblo. 

¡ Otra prueba más de la grandeza histórica de Autillo de Campos !

(Ver también nuestra 
entrada sobre el general San Martín ( padre de la patria argentina y Autillo de Campos).

Los "Reinosos" Autillanos de Andújar

 

Mi primer trabajo como profesor de Geografía e Historia fue en Marmolejo (Jaén), a escasos kilómetros de la bien conocida ciudad de Andújar. Cierta tarde estaba ojeando un libro que hablaba del patrimonio artístico de esta ciudad, cuando mis ojos se centraron en un párrafo que llamó inmediatamente mi atención, leí la palabra Reinoso y la palabra Autillo. Eso me hizo abrir inmediatamente los ojos. Mi sorpresa fue mayúscula y agradable cuando supe que un Reinoso, de ilustres antepasados autillanos, había trasladado su capilla familiar a un nuevo emplazamiento dentro de la bellísima iglesia de Santa María la Mayor, el más meritorio de los templos iliturgitanos. Se trataba del presbítero don Jerónimo de Reinoso, quien permutó el emplazamiento de la antigua capilla familiar por la actual en 1609.

Si visitas esta iglesia te sentirás casi como en casa. Verás los escudos de la familia de los Reinosos autillanos, con su cruz y sus tres escobas, las mismas que nuestro pueblo adoptó como escudo y armas de nuestro ayuntamiento. Dentro de esta capilla, sita en el lado del evangelio junto al altar mayor, podrás ver la tumba de don Jerónimo de Reinoso y sobre ella la siguiente inscripción que aquí resumimos.

"A honra y gloria de Dios Nuestro Señor, fundaron de tiempo inmemorial en esta santa iglesia, una capilla los muy nobles caballeros Reinosos de esta ciudad, descendientes legítimos por su varonía de los antiguos señores de la villa de Autillo en Tierra de Campos (...) y hoy es su única patrona la muy ilustre señora doña Francisca de Sales Armijo Benavides Quesada Toledo Pérez de Santa Marina y Reinoso, XII señora del castillo, fortaleza y término de Ninches y marquesa de Bilanos (...) quienes reedificaron esta capilla en 1804".

En esta sucesión de fotos podrás ver la fachada de la iglesia, el exterior de la capilla, la tumba de don Jerónimo, más las inscripciones y escudos que verás en el interior de ella.











Escudo de los Reinoso e imagen de Santa Eufemia en la Catedral de Córdoba

Ya hemos comentado en este blog que gracias a un autillano se abovedó y cubrió a sus expensas la catedral de Córdoba. Don Francisco de Reinoso, nacido en Autillo, fue obispo de Córdoba entre 1597 y 1601 y jamás olvidó sus raíces. Su tumba y su escudo están en el crucero de dicha catedral.



Si contemplamos la bóveda de la catedral en dirección al altar mayor, a la derecha según miran los fieles (lado de la epístola), veremos que la primera figura de una santa corresponde en nuestra opinión a santa Eufemia, patrona de Autillo. 

No nos cabe duda de que a santa Eufemia de Calcedonia (aunque en Autillo jamás la llamamos por su nombre extenso), se la suele reconocer por el león que acompaña a su martirio. La fachada de nuestra iglesia parroquial así también la representa. Personalmente creo que nuestro obispo dejó bien claro que quería hacer patente sus orígenes autillanos, colocando la figura de la patrona de Autillo y los escudos familiares de la familia Reinoso.

En el libro que escribimos sobre la vida de nuestro obispo, dijimos que creíamos también identificar a san Antolín en la otra diagonal opuesta de la bóveda de la catedral, pero un análisis iconográfico más detenido nos hace pensar que trata en realidad del rey David, tal como se ha sostenido en Córdoba tradicionalmente. Sin embargo, nos reafirmamos en que la santa a la que hacemos alusión debe ser nuestra santa patrona local, santa Eufemia de Calcedonia.


 

Imagen del rey David



Escudo de los Reinoso sobre la lápida de don Francisco de Reinoso

 

Fachada de la iglesia de Autillo con la imagen de la patrona y un león a sus pies


Precioso lema: Reinoso fue el primero que la cruz le apareció, con razón la mereció.

La ermita de Mazuecos en Arenillas, cuna de los Reinosos de Autillo

Esta entrada pretende ser un pequeño homenaje a todos aquellos Reinosos del mundo, especialmente a los americanos, que han hecho que nuestro blog sea seguido por cientos de personas al otro lado del Atlántico. Ellos son los más fieles de nuestros seguidores y tenemos a varios colaboradores que ya son nuestros amigos, y en el caso de Erik Reinoso, nuestra mano derecha en todo lo que atañe a esta noble familia. Mi saludo es un abrazo fraterno y agradecido a todos ellos.

Ya hemos dicho que el origen de esta familia autillana hay que buscarlo en el despoblado de Arenillas, a 2,26 kilómetros de Mazuecos en línea recta. Ya a finales del siglo XVI la casa solar de esta familia estaba en ruinas y hoy solamente nos queda una ermita que por fin podemos visitar por dentro.

Según la leyenda local, que me la contaron muy rápido y omitiendo muchos detalles, parece ser que dos hermanos (uno de Cisneros y otro de Mazuecos) encontraron en el lugar que hoy ocupa la cripta de la ermita, un cristo al que quisieron construir una ermita. Lo echaron varias veces a suertes y siempre salía la varita más larga para el hermano de Mazuecos, de ahí que se construyera en el término municipal de este pueblo.


Interior de la ermita

 

 

Acceso a la cripta a los pies del templo.

 

Interior de la cripta.

 



Lápida funeraria a los pies del altar donde están sepultados doña María de Gijalba, ama de la infanta doña Isabel, y su esposo el licenciado Escobar, del Consejo Real, muertos en 1591 y 1592 respectivamente.



La lápida hace alusión a la infanta Isabel Clara Eugenia (1566-1633), gobernadora de los Países Bajos e hija de Felipe II. Erik Reinoso me adjunta la siguiente referencia, al que agradezco su amabilidad, como siempre, jamás me ha fallado. Me dice que Luis Escobar y Grijalba fue hijo de esta pareja y que el licenciado Escobar era oidor de la Contaduría Mayor de la Real Hacienda y cuñado de alguien de la familia Grajal. 



 

Lateral posterior de la iglesia.

Francisco de Reynoso y Mateo, Diplomático Español y benefactor de la iglesia de Autillo

Aunque fue vallisoletano de nacimiento (29-3-1856), a su muerte dejó cuantiosas rentas para restaurar la iglesia de Autillo, como descendiente que afirmaba ser de sus antiguos señores feudales.

 Don Francisco, fue “sir” Francis de Reynoso para los ingleses, puesto que fue nombrado Caballero del Imperio Británico y también fue reconocido como oficial de la legión de Honor Francesa, ya que recibió el reconocimiento a sus impagables servicios diplomáticos y humanitarios durante I Guerra Mundial, cuando él ostentaba el cargo de representante diplomático español en Suiza durante la Gran Guerra. Sin embargo es un perfecto desconocido en España, entre otras razones porque su autobiografía se editó en inglés en 1933 y en alemán en 1935. Tenemos a nuestra disposición el libro completo en inglés, si alguien desea consultarlo se pueden poner en contacto con nosotros en nuestro blog. 

 


Palacio de Pimentel (Valladolid) 

Aquí transcurrió la infancia del embajador don Francisco de Reynoso 

Mi primera relación con este personaje fue cuando yo era aún un joven estudiante de Historia. Me había interesado por la capilla donde está enterrado el canónigo don Jerónimo de Reinoso en la catedral de Palencia, y alguien, no recuerdo quién, y que estaba vinculado al templo, me comentó que a los pies del altar de la capilla, pegada a la pared de la izquierda, se enterró una caja con los restos de don Francisco de Reynoso repatriados a España desde México. Recuerdo que me comentó “algún día alguien va a reformar el suelo de la capilla y se van encontrar unos restos bajo las baldosas y nadie va a saber de quién son”. Ciertamente los restos no están señalados con ninguna marca que ayude a su exacta ubicación, aunque la capilla es tan exigua y la descripción del lugar es tan exacta que ofrecería pocas dudas si se intentara su hallazgo. En realidad se equivocaba mi informante, pues don Francisco había fallecido en Suiza y no en México.

En el archivo del obispado de Palencia di con un detallado documento donde don Francisco manifestó su voluntad de donar a su muerte una considerable suma de dinero a la iglesia de Autillo, al hospital de San Antolín de Palencia y a la capilla donde estaba enterrado el canónigo Reinoso, sobrino de nuestro biografiado obispo de Córdoba, don Francisco de Reinoso.

Este diplomático fue el autor de tres libros, el primero de ellos titulado “En la Corte del Mikado. Bocetos japoneses”, editado en 1904 y reeditado por la editorial Nausicaä en 2006, donde los editores yerran tanto en las fechas de su nacimiento como de su muerte. En este libro nos narra un viaje a Japón que hizo entre 1882 Y 1884. Su segunda obra fue su autobiografía en inglés: “Reminiscences of a Spanish Diplomat” de 1933. Y su último libro fue editado en 1934 titulado: “Apuntes de un viaje a la India y a la isla de Ceylán”.

Su relación familiar con Autillo aún no está clara genealógicamente, aunque él la da por sentada en su libro pero no la demuestra. Nos da la sensación de que intuye que es descendiente de nuestro pueblo por la coincidencia de apellidos con los de los señores feudales: la familia Reinoso. Por nuestra parte pensamos que esta relación familiar es muy probable, a la espera de ulteriores investigaciones.

Su infancia transcurrió en la misma casa donde nació el rey Felipe II en el palacio de Pimentel. Este palacio perteneció a su tío Mariano Miguel de Reynoso Abril desde 1849 a 1875. En su autobiografía nos da muy pocos datos de su padre, Manuel de Reynoso, que fue senador y terrateniente con extensas propiedades en Villafrechós. Su tío Mariano fue el primer ministro de Fomento que hubo en España en 1851; también fue alcalde de Valladolid y presidente de su Diputación Provincial, además de diputado y senador del reino. Su madre era de origen salmantino y se llamaba Joaquina Mateo.

Francisco de Reynoso fue un auténtico “niño prodigio” ya que con solo dieciocho años obtuvo el doctorado en derecho por la Universidad de Valladolid en 1874.

Retrato de Mariano Miguel Reinoso, tío de don Francisco‏

Sito en Valladolid y gentileza de Erik Reynoso


SU FAMILIA, JUVENTUD Y ESTUDIOS

 El padre de nuestro embajador se quedó huérfano a temprana edad y se educó en Francia con su tío Mariano. Su progenitor solo dejó el cuidado de sus tierras para convertirse en senador liberal durante la regencia de la reina María Cristina.

 


Página de su autobiografía donde habla de Autillo

 

Era tradición en su familia que el mayor de los hermanos se dedicase a la carrera militar. Su bisabuelo paterno tuvo diecisiete hijos, y de ellos siete murieron luchando contra las tropas napoleónicas. Su abuelo fue el menor de sus hermanos y solo tenía diecisiete años cuando fue apresado por los franceses y condenado a muerte en Burgos, solo por el hecho de tener a varios hermanos que luchaban como oficiales en el bando español. Fue liberado por los patriotas el mismo día que iba a ser fusilado. Tuvo tres hijos pero falleció a la edad de veintiún años. El abuelo materno del embajador participó en la batalla de los Arapiles, y parte de la tierra donde se produjo la famosa batalla era de su propiedad y luego la heredó nuestro don Francisco de Reynoso. Comenta don Francisco en sus memorias que era fácil encontrar mosquetes, rifles y botones de guerreras cada vez que se araban estas tierras que heredó de su madre. 

La temprana muerte de su abuelo paterno determinó que su padre se criase con su tío Mariano (su hermano mayor), que residía en París. Mariano de Reynoso  era liberal y tuvo que exiliarse en París. Fue un gran aficionado a la música e incluso compuso un himno a la libertad que se solía cantar en las reuniones políticas de su época. Cuando Fernando VII fue escoltado a la fuerza rumbo a Cádiz en 1823, su carruaje era custodiado por dos jinetes que lo flanqueaban, el de la derecha era su tío Mariano y el de la izquierda era Arteta, suponemos que Fermín Arteta Sesma (1796-1880). Curiosamente ambos llegarían a ser ministros en la época de Isabel II, y ambos condenados a muerte por Fernando VII, por lo que Mariano de Reynoso se tuvo que marchar a vivir a la capital de Francia. 

Don Francisco aprendió sus primeras letras en Valladolid y después prosiguió sus estudios, hasta los diez años, en el colegio de jesuitas de Carrión de los Condes (monasterio de San Zoilo). En 1868 su familia se exilió a Biarritz huyendo de la "Gloriosa Revolución" que supuso el fin del reinado de Isabel II. Al año siguiente estudió en Tours. En Biarritz tuvo ocasión de conocer en persona a Napoleón III y a su esposa la emperatriz Eugenia de Montijo, puesto que invitaron a jóvenes niños españoles para que fueran compañeros de juegos del unigénito de la augusta pareja. De hecho el príncipe imperial era solo 13 días mayor que don Francisco de Reynoso. En 1870 don Francisco regresó a Valladolid para proseguir sus estudios, mientras que sus padres permanecieron en Biarritz por miedo a los revolucionarios vallisoletanos, especialmente a José González, alias el Trapero, matón revolucionario que campaba a sus anchas por la ciudad.

Su horario universitario consistía en clases de ocho a dos, sus comidas eran invariablemente un poco de jamón a media mañana, un contundente cocido a medio día y un tazón de chocolate para cenar; su paga semanal era de 10 reales que ahorró uno a uno hasta conseguir comprarse su primer reloj, un Breguet que confesó que siempre fue su orgullo. Sus calificaciones eran extraordinarias y cuando sus profesores se enteraron de que se había premiado a un estudiante catalán, con menos méritos que él, con el premio " Cruz Victoria" (establecido por el rey Amadeo I en honor a su esposa doña María Victoria dal Pozzo della Cisterna), solicitaron al gobierno que se distinguiese a su brillante alumno con un premio similar. Pero la caída de la dinastía de los Saboya supuso la extinción del premio y se le otorgó la Cruz de Carlos III a la sorprendente y temprana edad de dieciocho años. 

Don Francisco fue el más joven doctor en leyes de la historia de la universidad española, con solo 18 años. Esto tuvo lugar en el año 1874. Su único oponente tenía 67 años de edad y no fue rival para él. Ambos "entraron en capilla" durante unas siete u ocho horas que duró el examen. Su calificación fue la de summa cum laude, con la paradoja de que no tenía la edad legal para oficiar como abogado. Su ambiciosa madre fue quien le sugirió que se emplease en la carrera diplomática. En 1874 se convocaron cuatro plazas diplomáticas por oposición y solo se presentaron dos aspirantes, pero el pronunciamiento de Martínez Campos supuso que el nuevo ministro de exteriores colocase a 59 amigos suyos elegidos a dedo, por lo que él pasó de poder ser el primero o segundo en las oposiciones, a verse relegado 59 puestos en el escalafón, lo cual condicionó su futura carrera diplomática.


 Francisco de Reynoso y Mateo en 1882 por Juan Luna Novicio


CARRERA DIPLOMATICA

 

Nacimiento

Valladodid

29-3-1856

Doctor en Derecho Civil

Universidad Valladolid

1874

Agregado ministerio exteriores

Madrid

1875-1880

Agregado legación del Quirinal

Roma

1880-1882

Tercer secretario legación

Yokohama (Japón)

1882-1884

Tercer secretario en Quirinal

Roma

1884-1885

Segundo secretario legación

San Petersburgo (Rusia)

1885-1886

Segundo secretario legación/embajada

Londres

1886-1893

Segundo secretario embajada

Berlín

1893-1895

Primer secretario exteriores

Madrid

1895

Primer secretario embajada

Londres

1896-1897

Primer secretario legación

Constantinopla (Turquía)

1897

Primer secretario legación

Atenas

1897

Miembro comisión tratado paz entre EEUU y España tras guerra de Cuba

París

1898

Miembro embajada especial funerales emperatriz Isabel (Sissí)

Viena

1898

Ministro comisión de fronteras

Biarritz (Francia)

1905-1911

Ministro plenipotenciario ratificación Tratado de Marruecos

París

1911-1913

Ministro legación Suiza

Berna

1913-1923

Sustituto Delegado en Liga de Naciones

Berna

Delegado en Lausanne capitulaciones Cercano Oriente

Berna

Embajador en el Quirinal

Roma

1923-1924

Retirada del servicio diplomático

1925

Los derechos señoriales de Autillo

 


El Señor nombraba los oficios de justicia a propuesta de un número triplicado que le hacía el ayuntamiento. También nombraba al alcalde mayor, dos alcaldes ordinarios, dos regidores, un procurador general, un mayordomo de la iglesia a propuesta de la justicia y al escribano. Recibía por su señorío 150 cargas de trigo, 130 de cebada y 50 carros de paja al año en concepto de foro perpetuo por la cesión de 360 obradas que tomó en arriendo al señor de Autillo en el año 1473 y se retocó dicho acuerdo en 1503 y 1512. Se repartían dichas obradas a suerte entre los vecinos de Autillo. También percibía 12 cántaras de vino al año y 480 reales por razón de martiniega, yantar y otros derechos, los que llamaban iguala, y las viudas pagaban como medio vecino. Cada vecino entregaba un par de gallinas al año y las viudas una.


Este foro o censo enfitéutico no se extinguió hasta el año 1882, aunque el ayuntamiento ya se había negado a pagar al nieto del último señor de Autillo, José Hermosa y Urbina, V marqués de Grimaldo, las rentas del censo en los revolucionarios años de 1868 y 1869. En 1869 el ayuntamiento acordó redactar unas escrituras de compromiso para la redención del censo. Finalmente el ayuntamiento se comprometió a dar a los hermanos César y Pío Hermosa y Muñoz, herederos de los últimos señores de Autillo, 93.000 reales en tres plazos como indemnización, para lo cual el ayuntamiento vendió unos prados y la Era de Suso y las Regueras, que eran de su propiedad. Además dio otros 8.000 reales a dichos herederos, pues se comprobó que faltaban algunas de las 360 obradas originales, ya que el ayuntamiento las había vendido a lo largo de los siglos como si fueran propias. Por tanto, se devolvían por parte del ayuntamiento las fincas aforadas a sus propietarios. En total se devolvieron 144 fincas que sumaban 4.353 cuartas y 19 estales, equivalentes a 305,1585 hectáreas, que representaban aproximadamente el 10% de todo el término municipal, con un valor de 54.414 pesetas de las de la época (a lo que se añade los 8.000 reales del valor de las fincas desaparecidas desde 1473). Con la extinción del censo el ayuntamiento dejó de pagar las 5.441 pesetas de renta anual del valor de las referidas cargas de cebada, paja, vino, gallinas e iguala. Se puede comprobar que los señores de Autillo y sus sucesores podían percibir del ayuntamiento de Autillo un 8,7% de rentabilidad anual por el valor total de sus tierras. Dos años más tarde, hacia 1884, ambos hermanos vendieron el total de sus tierras y la casa fuerte o palacio que siempre había sido de los señores del pueblo. En 1909 el ministerio de Hacienda suprimió el título de marqués de Grimaldo tras el fallecimiento de César Hermosa y Muñoz, su último titular.

EL Tejazo a Enrique I que metió a Autillo en la Historia

  


La Académica burgalesa doña María Jesús Jabato Dehesa ha escrito un magnífico trabajo sobre los pormenores de la muerte del rey niño, Enrique I de Castilla.

Sin este accidente desgraciado y fortuito, Autillo hoy no celebraría el suceso más importante de su apasionate y rica Historia, el VIII Centenario de la proclamación de Fernando III el Santo como rey de Castilla.

Estas fotografías con el cráneo trepanado del rey Enrique I ya las expusimos en diapositivas, tras la primera representación teatral que se hizo de la coronación en 1991, en la plaza del pueblo, frente al bar de Adelina. Por tanto, "Κα οκ στιν πν πρσφατον π τν λιον", más conocido como  "nihil novum sub sole", o lo que viene a ser "nada nuevo bajo el sol", que dicho de otro modo, nada que no se haya inventado o conocido antes.

Tras la primera representación teatral que se hizo en 1991 de esta parte de la Historia del pueblo, y que fue un éxito absoluto, Paloma Castro, una brillantísima estudiante de Bachillerato por aquel tiempo, y la hábil calígrafa en letra gótica que escribió el texto del mural que se pintó en la plaza, nos dio una magnífica charla sobre las tumbas reales del monasterio de las Huelgas de Burgos. En ese contexto se proyectaron las diapositivas donde se vieron por primera vez estas fotos del cráneo trepanado del rey Enrique. Han trascurrido ventiséis años desde entonces, pero los buenos recuerdos permanecen aún muy vivos, como si fuera ayer mismo.

 

Los Téllez de Meneses (Teles de Menezes) antepasados de los Castros. La malasada, su escudo de armas familiar y el palacio de Sintra en Portugal

 

Escudo de la iglesia de Meneses donde aparece la tortilla con la sortija

Ya hemos dicho más abajo que los Castros de Autillo descienden de la ilustre y famosa familia palentina de los Téllez de Meneses. El origen legendario de la familia arranca a finales del siglo VIII, cuando una supuesta hija del rey Bermudo I de Asturias (789-791), de nombre Leonila, huyó del palacio de su padre para que éste no la entregara a los moros como una más de las cien doncellas que, según la famosa leyenda, el rey cristiano debía entregar al emir de Córdoba como símbolo de sumisión y vasallaje. La joven doncella huyó a tierras palentinas y se refugió como sirvienta al servicio de la familia Téllez en la población de Meneses, pero la joven fugitiva no reveló a sus nuevos señores su filiación real. Tiempo más tarde la casualidad hizo que el rey se hospedase en casa de esta familia de Meneses. La hija del rey se ocultó a su padre y preparó para la cena una “malasada” (una tortilla) donde introdujo un anillo que el padre reconoció de inmediato como perteneciente a su hija. El rey perdonó a su hija por haber huido de palacio y como premio entregó su mano al fundador del linaje de los Telléz de Meneses por haber cuidado tan bien y generosamente de su hija. Otra versión de esta curiosa historieta dice que la infanta había huido con un mozo y después de abandonada se refugió en la casa de los Téllez de Meneses.

Esta leyenda llena de orgullo a los habitantes de la localidad de Meneses, que la conocen perfectamente e incluso celebran una fiesta medieval de la tortilla para recordarla. El mismísimo Lope de Vega (1562-1635) recoge esta tradición y la pasó al teatro en su obra “Los Tello de Meneses” compuesta entre 1620 y 1628.

El escudo de armas de algunas ramas de esta importante familia, que también pasó a Portugal como ya vimos, lleva en campo de oro la sortija de la leyenda. Otras ramas en Castilla ponen el anillo en una, dos y hasta en seis tortillas; y otros de la familia prescinden de este símbolo para poner en campo de oro una cadena de azur puesta en banda. En la iglesia de Meneses se aprecia esta tortilla ensortijada en el último cuartel del escudo de la tumba del oidor de Valladolid y obispo electo de Ciudad Rodrigo, Juan de la Cruz y Meneses, quien testó en 1609 (ver foto de su escudo abajo en blanco y negro).

En el palacio real de Sintra (Portugal) existe una sala denominada de los blasones, donde se compendian los escudos de las más importantes y linajudas familias nobles portuguesas, donde no puede faltar el apellido portugués Menezes, que ya sabemos que es de origen castellano, junto con otros blasones de antepasados de la familia Castro de Autillo: los Vasconcelos y los Pimentel que como ya dijimos entroncaron con los Meneses y se establecieron en España como primeros condes de Benavente muy a finales del siglo XV 







Mazuecos y Arenillas, cuna de los Reinosos de Autillo

 


Iglesia de Mazuecos





Tumba de Fernando de Arenillas y Reinoso, canónigo de Sevilla, secretario del rey y fiscal del consejo de la Inquisición, falleció en 1601



Retablo de la capilla de los Reinosos en la iglesia de Mazuecos










Escudos de los Reinosos y Cisneros en la capilla


Ermita de Arenillas, a un par de kilómetros de Mazuecos


Exterior de la Ermita

sábado, 17 de julio de 2021

El escudo de armas de los Reinoso que se encuentra en Mazuecos de Valdeginate.


Hace algunos años Marcial viajó a Mazuecos para deleitarnos con algunas fotografías que tomó de su antigua Iglesia donde además habían escudos de armas de los Reinoso que se encontraban tanto en el retablo como en algunas tumbas.

En las fotografías que tomó de la tumba de Fernando de Arenillas y Reinoso podemos ver sus armas con un arreglo un tanto particular.

Aunque no es posible conocer los esmaltes del escudo en la tumba don Faustino Menéndez Pidal de Navascués nos indica cuales fueron en un escudo casi idéntico pero con algunas diferencias que veremos más adelante.

Comencemos con el que se encuentra sobre la tumba. Recordando mis apuntes: Escudo partido y medio cortado: 1º de plata, cruz flordelisada de gules y tres escobas de azur, de plata y gules, bordura jaquelada; 2º de azur, la letra F flanqueada por dos lunas, una tornada y una contornada con una estrella en su interior, de plata y en su base, un monte; bordura con el lema “Haec est victoria que vincit mundum fides nostra” 3º jaquelado de plata y gules.

Ahora veamos un escudo similar. Don Faustino Menéndez Pidal de Navascués publicó un artículo en 1996 llamado “Une tapisserie espagnole du XVIe siècle” donde identifica el escudo de armas de un antiguo tapiz que pertenecía a Madame Yves de Daruvar  en Paris.


El escudo es prácticamente el mismo que el anterior salvo por algunos detalles sutiles pero importantes: este no es partido y medio cortado como el de Fernando Arenillas y Reinoso sino que es un escudo dividido en cuatro cuarteles y cambia el orden de los mismos. Amén de lo anterior la bordura contiene el lema mencionado anteriormente en vez del jaquelado habitual de los Reinoso.

El tapiz era parte del inventario del Château Cazenac pero se desconocía su origen. Don Faustino analiza el escudo de armas y debido al curioso cuartel con la F y la referencia a la victoria en su lema dictamina que el escudo de armas debió de haber pertenecido a la rama de Juan de Vitoria y María de Reinoso cuya descendencia describí en mi libro pero he aquí el problema: Don Faustino indica que

María de Reinoso fue -al igual que yo hice- hija de Pedro de Reinoso y de María de la Torre; este Pedro de Reinoso sería descendiente de los de Autillo por medio de la rama Reinoso y Vozmediano pero... no son descendientes de los Arenillas y Reinoso puesto que esta rama es descendiente de Juliana de Reinoso y Castañeda y de Domingo García de Arenillas y Valdeón.

Cabeza de esta familia fueron Pedro de Reinoso y Catalina de Castañeda quienes tuvieron varias heredades en Mazuecos las cuales perdieron después de un largo pleito puesto por Juan de Reinoso, señor de Autillo.

Entonces el hallazgo de la tumba por Marcial de Castro y el tapiz dictaminado por Faustino Menéndez Pidal de Navascués nos llevan al siguiente punto:

O el tapiz perteneció de los Arenillas y Reinoso y no a los Vitoria Reinoso como indicó Menéndez Pidal, o éstos últimos pertenecieron en realidad a la rama de los Arenillas por lo que la genealogía proporcionada por Luis de Salazar y Castro es incorrecta. Sea como fuere es hora de volver a revisar estas ramas para resolver este misterio que hoy y muy a mi pesar, dejaremos abierto.

 

Por Erik Reinoso

 

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