HISTORIA DEL
POBLAMIENTO DE AUTILLO DE CAMPOS
Edad de Bronce en
Autillo
No existen restos arqueológicos en Autillo anteriores a la
Edad del Bronce. Pero es en esta época, que podemos redondear entre el 1500 y
el 1000 a.C., cuando sabemos que se pobló por primera vez el Alto de Santa
María (el cementerio de Autillo) en tres períodos sucesivos perfectamente
visibles por tres franjas de cenizas paralelas, que se pudieron apreciar de
forma muy nítida cuando se ensanchó la carretera del cementerio, justo antes de
llegar al cruce del puente que lleva al puente de Carrenava.
Hoy en día la lluvia ha
erosionado el perfil de la trinchera de la carretera, y es imposible apreciar
estas tres bandas de cenizas que indican el poblamiento en tres períodos
distintos del Alto de Santa María
La elección del Alto de Santa María para establecer el primer
asentamiento de población en Autillo, obedece a las ventajas de su proximidad
al río Valdeginate, y a ser el promontorio más destacado y mejor defendible a
orillas del río. Si se pudiera hacer una prueba del Carbono 14 tendríamos la
posibilidad de datar con precisión estos tres períodos de asentamientos humanos
en la zona del cementerio.
En esta zona del Alto vemos que el asentamiento humano fue
más denso entre el cementerio y la carretera que va de Fuentes a Villarramiel,
buscando la ladera sur del promontorio, más caliente e iluminado que el lado
norte que vemos arriba en la foto, donde en el perfil de la carretera no
aparece cerámica pero sí los tres cenizales paralelos.
En esta foto se aprecia
en detalle una de las líneas de cenizas con ausencia de cerámica
En la zona cercana al cementerio, en lo más alto de este
promontorio natural, aparecen restos de cerámica de este período de 3.000 años
de antigüedad, acompañados de otras cerámicas medievales y modernas, lo que
indica que el Alto de Santa María fue de nuevo poblado hasta épocas históricas
más recientes, desde hace unos 1.000 años.
Diferentes tipos de
cerámicas que se hallan en la zona del cementerio. La más negra es de la época
del bronce, la más antigua, y también cerámica medieval y moderna.
ÉPOCA VACCEA Y ROMANA
De esta época no se ha registrado ningún hallazgo en todo el
término municipal, y de hecho no hay yacimientos arqueológicos a bastantes
kilómetros a la redonda: Paredes, Castromocho…
Hasta la repoblación cristiana, tras la invasión musulmana,
no volvemos a tener población humana asentada en nuestro pueblo. Por tanto
podemos decir que entre los 2.000 años que hay entre la Edad de Bronce y más o
menos el siglo IX o X, nuestro pueblo y su término fue una zona deshabitada por
completo, solo ocupada por un espeso bosque mediterráneo de encinas y quejigos,
y las orillas del río estarían pobladas por una vegetación natural original de
sauces (mimbrajos), álamos, olmos y fresnos. A lo sumo nuestro término se
utilizaría para pastoreo y zona de caza de otros habitantes de asentamientos
más alejados.
Hoy en día es difícil imaginar a nuestro pueblo poblado de
las especies vegetales que hoy en día solo vemos en la zona de lo que conocemos
como <<monte>> en la zona de Palencia. En la actualidad tenemos que
recorrer varias decenas de kilómetros para ver uno de estos árboles que en su
época formaron el paisaje despoblado de Autillo y todo su término municipal
actual.
Por tanto, y redondeando las fechas, entre el año 1000 a. C.
y poco antes del 1000 d. C., NO HUBO POBLACIÓN EN AUTILLO DE CAMPOS.
ÉPOCA MEDIEVAL
Tras la invasión musulmana los cristianos volvieron a tomar
el control de nuestra zona, hacia finales del siglo IX. Pero los primeros
documentos escritos que hablen de Autillo y sus lugares comarcanos son más bien
todos de finales del siglo X, vinculados varias veces a documentos de la
catedral de León y sus posesiones. Una temprana excepción es Villa-Abarca
citada en el año 916.
Por tanto es de suponer que nuestro pueblo se repobló muy a finales
del siglo IX después de estar abandonado su territorio durante 2.000 años, como
ya indicamos.
Muy pronto los nuevos pobladores quemaron completamente el
bosque y matorral original que se encontraron al llegar al pueblo para
convertirlo en tierras de labor, y especialmente en pastos para ganado ovino.
En la documentación antigua ya no hay la más mínima alusión a tierras ocupadas
por bosques o lugares de extracción de leña.
Los primeros repobladores de Autillo eligieron el lugar
porque estaba pegado al río, y aprovecharon uno de los pequeños y escasos altos
que había a la orilla del río Valdeginate. Algún autor ha señalado que la
palabra Autillo viene de la corrupción de una palabra en latín medieval para
designar precisamente un <<altillo>>, y bien podría ser así. Ese
<<altillo>> sería lo que hoy es la calle del Castillo, el lugar más
elevado del pueblo. El nombre del <<Castillo>> haría alusión a la primera zona
fortificada para proteger al pueblo de posibles ataques. Los primeros
autillanos, una de las primeras cosas que debieron hacer fue construir una
pequeña iglesia o ermita para el culto, origen de la hoy desaparecida <<ermita del Castillo>>. Otras advocaciones del
mismo nombre de la virgen del Castillo, en otros lugares de Castilla, está
estudiado que tienen un mismo origen: una virgen situada en los primeros
lugares fortificados de los pueblos, aunque fueran simples cercas de tapial y
no de piedra, como sería el caso de Autillo, Frechilla, Fuentes….donde la
piedra es un bien lejano, caro y escaso.
Si fuera cierta nuestra suposición, sería muy posible también
que la primera zona tapiada del pueblo dejara una huella aún hoy perceptible en
el callejero del pueblo. En infinidad de pueblos y ciudades es hoy bien patente
en la trama de calles, las zonas que estuvieron amuralladas en el pasado, y las
sucesivas ampliaciones de las nuevas líneas de murallas que se adaptaban al
crecimiento de la población extramuros.
Si la primera zona fortificada de Autillo estuvo en la actual
calle del Castillo, como ya hemos propuesto como hipótesis, tendremos que la
manzana de casas a ambos lados de la calle podría señalar la primera línea de
defensa de la nueva población.
Si nos fijamos en la foto de abajo, vemos señalada en
amarillo un área bastante rectangular con la ermita del Castillo en la zona
central señalada por una estrella. En círculo verde y amarillo se señala la
torre defensiva datable hacia el siglo XIII. El hecho de que esta torre no esté
en la zona señalada en amarillo o en el centro del pueblo, y sí a las afueras
de Autillo, se explicaría porque cuando se edificó ya estaría buena parte del
pueblo edificada, y decidieron levantarla a las afueras del casco urbano. Lo
mismo pudo suceder con la iglesia de Santa Eufemia, como ya veremos, y que está señalada
con un elipse de color morado.
Sabemos que tras la repoblación se construyeron otros lugares
de culto, otras pequeñas iglesias en nuestro término de las que tenemos
constancia documental muy antigua: iglesia de Santa María, de San Vicente
(dependiente del monasterio de San Isidro de Dueñas), la ermita de Nuestra
Señora de Vega, ermita de San Pedro…. Curiosamente en la documentación más
antigua no se cita nunca a la iglesia de Santa Eufemia, lo que sugiere que al
menos en 1345 quizás aún no existía como una iglesia de relevancia.
No se conoce el número de vecinos que pudieran tener los
pueblos de la provincia de Palencia a mediados del siglo XIV, pero sí que podemos
saber de forma indirecta la importancia relativa de población entre ellos. Lo
podemos intuir gracias a una estadística del obispado de Palencia del año 1345.

Autillo pertenecía al arciprestazgo de Paredes de
Nava, que estaba dentro del arcedianato de Campos. Los prestes eran los curas
por debajo de la categoría del párroco, y junto a los diáconos y subdiáconos
pertenecían a las órdenes mayores. Mientras que a los «graderos», que
pertenecían a las órdenes menores, se les encomendaba abrir y cerrar las
puertas de las iglesias, tocar las campanas, sostener los libros a los oficiantes
y leer o cantar en algunas celebraciones, limpiar los altares y las iglesias,
servir el vino y agua en las misas y llevar los cirios en las procesiones. Los
graderos debían también estar tonsurados, se les permitía casarse, pero también
percibían rentas de la iglesia por su trabajo. Por tanto la labor del gradero
era bastante similar al de sacristán, cuyo requisito mínimo era tener unos 11
años, saber leer y cantar. Mientras que los curas debían tener más de 25 años,
los diáconos 20 y los subdiáconos 18 años. Tanto los que disfrutaban de tener
las órdenes mayores como las menores, gozaban de rentas, tribunales de justicia
propios, así como de exenciones fiscales y militares. Por términos generales,
los curas recibían una ración y media, los prestes una ración, los diáconos la mitad que el cura (3/4
de ración), los subdiáconos la cuarta parte de la ración y los graderos la
sexta parte.
En la siguiente tabla ponemos en comparación el número
de curas y el número de los que cobraban los sueldos o raciones para hacernos
una idea del tamaño relativo de nuestro pueblo respecto a los lugares
comarcanos de Autillo.
Lugar
|
Nº de prestes (curas)
|
Raciones (sueldos)
|
Autillo
|
5
|
8,5
|
Frechilla
|
6
|
9
|
Herrín
|
3
|
Casi 5
|
Guaza
|
3
|
4,25
|
Abarca
|
2
|
3,25
|
Fuentes de Nava
|
10
|
18
|
Mazuecos + Arenillas
|
4
|
7,25
|
Castromocho
|
10
|
15,5
|
Villarramiel
|
5
|
8,5
|
Mazuecos
|
2
|
3,25
|
Grijota
|
7
|
10,5
|
Mazariegos
|
4
|
6,5
|
Reinoso
|
2
|
4
|
LLEGADA DE FERNANDO III
AUTILLO
Cuando llegaron doña Berenguela y el futuro rey Fernando a
Autillo en 1217 se debieron encontrar una pequeña iglesia o ermita en el
interior del pueblo, en el centro de un primer núcleo defensivo, quizás del
siglo X, que pronto se quedó pequeño y obligó a sus vecinos ampliar sus casas
como mínimo hasta lo que hoy conocemos como el Palacio, actual torre junto al
nuevo ayuntamiento. Don Gonzalo Rodríguez/Ruiz Girón, mayordomo del rey, era en
1217 el poseedor en régimen de tenencia
de la nueva torre defensiva que se construyó a las afueras del pueblo, ya que
el rey Fernando III no le concedió el pleno señorío de Autillo hasta cuatro
años más tarde, en 1221. El acto de proclamación se haría junto a un lugar
sagrado, al aire libre, ya que se debió hacer ante cientos de personas, como
eran soldados, cortesanos y habitantes del pueblo. Junto a ese lugar debió
haber un olmo, y ya hemos comentado que en este siglo XIII, tanto en Francia
como en Castilla o en Vizcaya, estos viejos y frondosos árboles, se asociaban a
actos públicos solemnes.
No sabemos si la ermita del Castillo estaba construida en
época de San Fernando, o si se construyó precisamente para conmemorar el acto
de la proclamación de un rey bajo un olmo. En cualquier caso sabemos que los
olmos son árboles centenarios y durante mucho tiempo sirvió como recuerdo del lugar
exacto de la proclamación.
Sabemos también que en el testamento de la señora de Autillo,
doña Inés Alfonso de la Cerda, el 19-5-1354, ordena dar una vestimenta valorada
en 200 maravedís a <<Santa María del Castiello de Autiello>>, lo
que demuestra que esta ermita ya existía al menos desde mediados del siglo XIV,
137 años después de la proclamación del rey Fernando. Quizás el olmo aún
estuviese en su sitio por esas fechas, o los más viejos lo podían recordar u
oír de sus padres. Los más viejos del lugar nacieron o vivieron en la época en
la que se escribieron las diversas crónicas alfonsíes que narran los sucesos de
Autillo.
El primer escrito que asocia la ermita del Castillo a la
proclamación de san Fernando, no es el famoso del Diccionario de Pascual Madoz de
1855, y que es el que recoge la placa en azulejo que se colocó el 14-3-2025. La
primera referencia es de 1616 de la mano de fray Gregorio de Alfaro, primer
biógrafo de don Francisco de Reinoso, obispo de Córdoba (1534-1601). En ella
dice (pág. 2) lo siguiente: <<…y
dice la misma Historia General que sucedió esto en Otiello debajo de un olmo. Y hasta hoy ha quedado memoria de este notable hecho, una
ermita que se llama Nuestra Señora del Castillo>>.
Por tanto, ermita y proclamación están unidas y atestiguadas
documentalmente desde 1616 y corroborado por Madoz en 1850, donde aún era
visible un escrito en letras de oro donde decía que en ese preciso sitio y en
ese preciso lugar se había proclamado rey por vez primera a Fernando III.
Placa colocada el 14-3-2025 que señala el lugar exacto donde se hallaba la ermita del Castillo en la calle que lleva su nombre
LAS CONSTRUCCIONES EXTRAMUROS
Los agricultores del lugar de Autillo saben perfectamente que
hay zonas específicas donde aparecen abundantes restos de tejas, ladrillos y
cerámica de uso doméstico. Así por ejemplo hay un término conocido como los
Cascajos o los Cascajares por la abundancia de estos “cascajos”, que se
prolonga hacia el término denominado de la Cuesta. También nos encontramos
restos de construcción cercano al Palacio en dirección al río. Son materiales
muy similares de época medieval y moderna, que indica que en esta época se
construyó allí una casa o un pequeño caserío aislado y apartado de los muros
del pueblo. A mediados del siglo XVIII, que es cuando Autillo alcanzó su máximo
pico de población con unos 850 habitantes, sabemos que había una pequeña
barriada de casas en los Altos de Santa Eufemia. La existencia de estos restos
de edificaciones hizo pensar a los más imaginativos que el pueblo en la
antigüedad tenía unas extensiones colosales, alimentada por la falsa leyenda de
que Autillo tuvo título de ciudad con el nombre de Autela. Todo eso no eran más
que invenciones que nos contaban a los niños y creíamos a pie juntillas. Ni un
solo documento habla de esa inexistente Autela, y mucho menos que fuese ciudad,
cuando en realidad el título de Autillo siempre fue el de <<villa>>,
con todo lo que tal título conllevaba, pues al menos no era ni lugar ni aldea
dependiente de otra localidad de mayor entidad. Valladolid fue
<<villa>> hasta finales del siglo XVI, y solo cuando fue ciudad, y
se segregó del obispado de Palencia, pudo tener obispo propio.
LOS CENSOS HISTÓRICOS
AUTILLANOS
Año
|
|
1528
|
Censo de Pecheros de Carlos I. Había 113 vecinos
pecheros, equivalentes a unos 452 habitantes. A los que habría que añadir
unos 5 clérigos aproximadamente y una familia de hidalgos, los Reinoso,
señores del pueblo. Todo ellos sumarían unos 119 vecinos, equivalentes a unos
476 habitantes.
|
1591
|
Censo de Felipe
II. Había 160 vecinos pecheros, más 7 vecinos eclesiásticos seculares
(curas). No había en este momento ningún vecino hidalgo, lo que supone que en
esta fecha la familia Reinoso ya no vivía en el pueblo, pues se habían
trasladado a Valladolid y Palencia. Estos 167 vecinos equivalían a unos 668
habitantes.
|
1712
|
Vecindario de Campoflorido. Se realizó con fines
tributarios en el contexto de la Guerra de Sucesión Española en la época de
Felipe V. En él se nos dice textualmente: <<Autillo. Consta esta villa de 115 vecinos y medio, inclusos 23 pobres
y 17 viudas, que hacen 8 vecinos y medio, y quedan fuera 5 mendicantes y 1
vecina hidalga>>. Estos 115,5 vecinos equivaldrían a unos 462
habitantes.
|
1752
|
En el Catastro del
Marqués de la Ensenada, a la pregunta nº 21 de sus Respuestas generales se
dice textualmente: <<Que esta villa se compone de 186 vecinos seglares,
inclusas dos viudas por un vecino, y mas hay 9 eclesiásticos: los 7
beneficiados y los 2 capellanes sirvientes. Y que en esta villa no hay casa
de campo ni alquería, mas que de las huertas, cuyos habitadores van insertos
en los arriba expresados>>. Luego en la pregunta nº 22 se dice que en
Autillo había 203 casas habitables, 2 inhabitables y 3 solares.
En las Respuestas
Particulares de este Catastro se especifican los habitantes de cada casa, una
por una, y si la memora no nos falla, contabilizamos en el año 1991 unos 853
habitantes, que divididos por las 203 casas habitadas, nos salen de media a
4,2 habitantes por cada una de ellas, o también 4,37 habitantes por vecino.
|
1768
|
Censo de Aranda
|
1787
|
Censo de
Floridablanca
|
1797
|
Censo de Godoy
|
1857
|
Primer censo con
criterios modernos no fiscales.
|
APÉNDICE GRÁFICO
Censo de 1712. Vecindario de
Campoflorido:
Por Marcial Castro Sánchez
Granada, 28 de junio de 2025
En las obras de restauración de la
iglesia de Santa Eufemia, a mediados de los ochenta del pasado siglo, apareció
al menos un sepulcro de piedra antropomorfo que indicaría que allí había sido
lugar de enterramiento poco después del repoblamiento de Autillo. No sabemos si
será casualidad, o no, que en las dos provincias de Palencia y Valladolid solo
hay tres iglesias dedicadas a Santa Eufemia, y una de ellas estaba en el
despoblado de Arenillas, junto a la ermita de Mazuecos. Arenillas era el lugar
de origen de los Reinoso cuando por matrimonio se hicieron con el señorío de
Autillo hacia 1409. ¿Podría ser que la parroquia de Autillo se trasladó desde
la vieja iglesia de Santa María hasta la nueva iglesia de Santa Eufemia en el
siglo XV, y el nombre de Santa Eufemia como titular vino desde Arenillas
vinculado a la familia Reinoso? Por otro lado, si en el siglo XV se decidió
hacer una nueva iglesia (la anterior a la actual) se explicaría que se tuvo que
edificar también, por razones de espacio, a las afueras del pueblo.